El objetivo de la educación es desarrollar la capacidad de mujeres y hombres para contribuir con el avance de la civilización. Es así como la educación se transforma en el medio para el progreso de cada individuo de la sociedad en conjunto infundiendo a las personas el respeto constante de los derechos de los demás y el deseo de sostener y defender esos derechos. Por ello, además de establecer que el acceso a la educación es esencial y un aspecto con el que los individuos y gobiernos deben comprometerse, los Escritos Bahá’ís enseñan que debe prestarse especial atención a sus contenidos.
Aunque puede ser común pensar que la educación se limita a capacitar a la persona para lograr el bienestar y prosperidad material, la fe bahá’í enseña que solo cuando la educación física e intelectual van de la mano con la educación espiritual y el desarrollo moral, se convierte en el medio para garantizar el bienestar y la prosperidad de la humanidad como un todo.
Los bahá’ís no ven este principio como enunciados de vaga aspiración, sino que lo entienden como un asunto de interés inmediato y práctico que debe ser abordado de manera sistemática. Por ello, se esfuerzan tanto individual como colectivamente en trabajar hombro a hombro con diversos grupos de la sociedad para promover la educación de niños, jóvenes y adultos.
“Considerad al hombre como una mina rica en gemas de valor inestimable. Solamente la educación puede hacerle revelar sus tesoros y permitir a la humanidad beneficiarse de ellos”.
(Pasaje de los Escritos de Bahá’u’lláh)